Es costumbre en las personas de cualquier edad coleccionar algo de valor, sea algo desde el punto de vista físico o emocional.
La historia demuestra que muchos animales recolectaban sus alimentos para la época de invernación, que es la etapa de sobrevivencia, actitud distinta a la de los humanos.
Algunas veces, los humanos recolectamos con el deseo de atesorar, que es el caso de las obras de arte, como inversión en joyas, metales preciosos, inmuebles y terrenos, pero también como entretenimiento y admiración, en el que se incluyen vehículos antiguos.
Las últimas décadas han tenido importancia artículos relacionados con las obras de ciencia ficción, fantasía y horror, además de algunos géneros musicales.
Son productos fabricados con número de identificación, en edición limitada y a veces con un Certificado de Autenticidad.
El hecho de ser numerados le da un valor adicional, en especial si se desea revender, pero también se acumulan objetos no numerados.
Coleccionamos
1. Obras de arte de famosos y de artistas que se piensa alguna vez lo serán.
2. Obras de arte de no famosos para promocionarlos como tales.
3. Como adornos como objetos de oro, piedras preciosas, artículos de materiales escasos, etc.,
4. Por razones culturales son los libros, revistas, posters, piezas arqueológicas, fotografías,.
5. Por afición se colecciona botellas, llaveros, relojes, pelotas, revistas, modelos a escala, muñecas, almanaques, historietas, entre otros.
A partir del siglo XXI se ha notado que muchas personas han iniciado sus colecciones con el deseo de ostentar, ello le resta calidad al producto, porque lo vuelve un objeto suntuario, prevaleciendo el poder económico para poder obtenerlo.
Lo ideal es coleccionar objetos que nos agraden sin pensar en su posible valor de re venta.
